Todo parece congelarse en el tiempo, luego de que saboreas la primera cucharada.
Mágicamente el sabor dulce llena tu alma y así como nada los problemas parecen visualizarse de otra manera.
No se si sea la mezcla del chocolate con la avellana, o los trocitos de brownie que encuentro en la segunda porción. Pero, al final todo recobra sentido nuevamente y la paz invade mi espíritu.
Cristi vuelve en sí , ya el collarín deja de ser limitante y no siento dolor en la mandíbula. PUEDO HABLAR y Reírme!!!
Definitivamente soñar y ser felices sí es una opción. Y que mayor felicidad que estar planeando nuestro verano Europeo. Madrid Here we GO!!
Gracias Negrito por haberme endulzado la tarde y recordarme que los helados son el mejor remedio para el alma
martes, enero 23, 2007
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